Tarea #8
La complejidad de los grupos humanos, tanto en su perspectiva psicológica como social, exige de cualquier dirigente una actitud y una preparación que no puede considerarse suficiente sin un permanente proceso de desarrollo y crecimiento. El resultado de una reunión del grupo puede ser definitiva en su ciclo de vida, bien para impulsar los procesos de crecimiento de sus miembros y del grupo mismo, o bien para obstaculizar cualquier intento de cambio. Esto depende en gran medida de las cualidades de quien dirige la reunión para asegurar que sea un factor de éxito grupal. Dirigir reuniones puede resultar muy sencillo para algunos, a primera vista, pero implica un grado de desarrollo y práctica personal que sólo la decisión de ponerse en marcha puede dar inicio a este proceso de aprendizaje.
La complejidad de los grupos humanos, tanto en su perspectiva psicológica como social, exige de cualquier dirigente una actitud y una preparación que no puede considerarse suficiente sin un permanente proceso de desarrollo y crecimiento. El resultado de una reunión del grupo puede ser definitiva en su ciclo de vida, bien para impulsar los procesos de crecimiento de sus miembros y del grupo mismo, o bien para obstaculizar cualquier intento de cambio. Esto depende en gran medida de las cualidades de quien dirige la reunión para asegurar que sea un factor de éxito grupal. Dirigir reuniones puede resultar muy sencillo para algunos, a primera vista, pero implica un grado de desarrollo y práctica personal que sólo la decisión de ponerse en marcha puede dar inicio a este proceso de aprendizaje.
- Si se temen en todo momento las intervenciones que expongan con nobleza las realidades interiores de cada persona.
- Si la disposición de la mayor parte está en función a lograr metas personales o provocar resultados condicionados.
- Si se adoptan tonos agresivos o despectivos que minimizan los resultados o provocan desprecios personales.
- Si no hay nobleza en las exposiciones, dejando siempre argumentos fuertes para momentos de debilidad de los “contrarios”.
- Si realmente la reunión carece de objetivos claros, planes concretos y procedimientos adecuados.
- Si la animación del grupo es fragmentaria, originándose parcialidades o supremacías hirientes.
- Si un número significativo de miembros prefiere conflictos en vez de progresos, soluciones provisionales en vez de arreglos definitivos.
- Si se quiere concluir cuanto antes, porque se menosprecia el encuentro o se efectúa por simple compromiso.
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